Por Renato Perez
En un clima tenso para el fútbol peruano, la Comisión Nacional de Árbitros (CONAR) se pronunció oficialmente luego del alarmante episodio de violencia registrado la madrugada del domingo 4 de mayo en la sede de la Federación Peruana de Fútbol (FPF). Desconocidos colocaron afiches con amenazas de muerte contra los árbitros de la Liga 1, generando preocupación en todo el entorno deportivo.
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El hecho ocurrió en la puerta principal de la Videna, ubicada en la cuadra 20 de la avenida Aviación, San Luis, donde se podían leer frases como: “Cuando matemos a un árbitro, van a dejar de robarnos”, además de insultos dirigidos al arbitraje y la organización del torneo. El mensaje fue acompañado del hashtag #AlianzaSeDefiende, lo que generó aún más polémica.
Ante lo sucedido, la CONAR emitió un comunicado en sus redes sociales donde expresó su total repudio a cualquier acto de violencia contra los árbitros, sean estas amenazas directas o inducidas por declaraciones públicas. “Rechazamos todo acto de violencia que se desprenda de la actuación de nuestros miembros, declaraciones de integrantes de clubes profesionales o expresiones en medios de comunicación e hinchas”, indica el comunicado.
Uno de los puntos más relevantes del pronunciamiento fue el claro llamado de atención hacia Alianza Lima, en especial por las recientes declaraciones del comando técnico, encabezado por Néstor Gorosito y Franco Navarro, luego de la derrota ante Cienciano. “Lamentamos las declaraciones vertidas por representantes deportivos del club Alianza Lima (…) utilizando términos difamatorios que conllevan a la violencia”, señaló la CONAR.
Estas críticas llegan tras el polémico arbitraje de Bruno Pérez, quien cobró un penal a favor de Cienciano y expulsó a Paolo Guerrero y Carlos Zambrano, desatando el malestar del cuadro blanquiazul. Los reclamos apuntan a una supuesta falta no cobrada contra Guerrero en el primer tiempo.
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Finalmente, el organismo arbitral informó que ya ha puesto en conocimiento de las autoridades lo ocurrido en la Videna y solicitó iniciar las investigaciones correspondientes. Además, señalaron que seguirán informando los pasos a seguir para proteger la integridad física y emocional de los árbitros. Este episodio marca un punto de quiebre en la relación entre clubes, árbitros y dirigentes, obligando a todos los actores del fútbol peruano a reflexionar sobre los límites del reclamo y la responsabilidad comunicacional.
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