Selección Peruana

De no creer, en pleno velorio de Hugo Sotil y el duro golpe que le dieron a Héctor Chumpitaz

De no creer, en pleno velorio de Hugo Sotil y el duro golpe que le dieron a Héctor Chumpitaz

Por Renato Perez

Hugo Sotil - Héctor Chumpitaz (Foto: RPP)
Hugo Sotil - Héctor Chumpitaz (Foto: RPP)
Síguenos enSíguenos en Google News

El pasado velorio de Hugo Sotil, una de las leyendas más grandes del fútbol peruano, estuvo marcado por un incidente que generó una gran polémica: la humillación sufrida por Héctor Chumpitaz, otro gigante del balompié nacional y, en muchos sentidos, compañero de batalla de Sotil en la historia del fútbol peruano. En un contexto donde el respeto y la camaradería deberían prevalecer, la acción de los organizadores del velorio, al intentar impedir la entrada de Chumpitaz con el pretexto de que no figuraba en la lista de invitados, dejó una sombra de vergüenza sobre el evento.

Hugo Sotil y Héctor Chumpitaz compartieron no solo los años dorados del fútbol peruano, sino también una relación de profunda amistad. Ambos fueron fundamentales en la obtención de la histórica clasificación de Perú al Mundial de México 1970 y, más tarde, en la conquista de la Copa América de 1975. Como tal, su vínculo trascendió lo deportivo y se convirtió en una verdadera hermandad forjada dentro de los terrenos de juego. Por ello, no es de extrañar que Chumpitaz, al igual que muchos otros personajes del fútbol, haya querido rendir su homenaje a su amigo en el último adiós.

Sin embargo, la sorpresa y el desconcierto fueron inevitables cuando, al llegar al velorio de Sotil, Héctor Chumpitaz fue detenido en la puerta del lugar con la excusa de que no estaba en la lista de invitados. Esta situación generó una gran indignación no solo en los familiares y amigos cercanos a los futbolistas, sino también en el público y los medios de comunicación, que no tardaron en señalar la insensatez de una actitud tan mezquina y falaz.

Alianza Lima, el club donde Hugo Sotil desarrolló gran parte de su carrera y donde se ha consolidado como una figura insustituible en la historia del club, estuvo involucrado en la organización del evento. Es importante resaltar que, si bien el velorio fue un evento privado, la relación histórica entre Sotil y Chumpitaz no podía ser ignorada, sobre todo considerando que ambos fueron piezas clave en el desarrollo del fútbol nacional y en el título continental logrado en 1975. La aparente desconsideración de los organizadores de Alianza Lima hacia Chumpitaz dejó una imagen sumamente perjudicial para el club, que fue vista como un acto de desprecio hacia uno de los máximos exponentes del fútbol peruano.

El comportamiento de quienes organizaron el velorio se puede interpretar como un reflejo de la falta de respeto que, en algunos casos, predomina en la gestión de eventos privados. El gesto de no permitir el acceso a Héctor Chumpitaz a un velorio de un amigo cercano muestra una desconexión total de lo que debería ser el verdadero sentido de una despedida. No se trataba de un evento social o de una ocasión para hacer distingos; era un acto de homenaje a una figura del deporte, y la presencia de Chumpitaz era una expresión legítima de su dolor y respeto por la pérdida de un amigo.

El asunto se agrava si consideramos que, en el fútbol, la camaradería y el respeto entre compañeros de generación deberían estar por encima de cualquier protocolo o distinción. Las figuras de Hugo Sotil y Héctor Chumpitaz son parte integral de la historia del fútbol peruano, y sus nombres están entrelazados por los recuerdos de grandes triunfos y una amistad inquebrantable. Por ello, el rechazo hacia Chumpitaz no solo fue una falta de respeto hacia su persona, sino también hacia la memoria compartida entre ambos futbolistas y lo que representaron para el país.

El hecho de que esta situación se diera en un contexto tan delicado como el de un velorio ha dejado una herida en el alma de muchos hinchas y en los mismos jugadores que vivieron aquella época dorada. La humillación hacia Chumpitaz fue un golpe bajo, y muchos consideran que los organizadores de dicho evento actuaron con una insensatez que empañó un momento que debería haber sido de unidad y respeto.

Lo que representaba la presencia del histórico Héctor Chumpitaz

La presencia de Chumpitaz, como cualquier otro ex compañero o amigo cercano de Sotil, debería haber sido vista como un tributo genuino a la memoria del histórico futbolista. Lamentablemente, el acto de pretender dejarlo fuera de su propio velorio por una simple cuestión burocrática ha dejado una huella negativa. Una vergüenza, sin duda, para quienes estuvieron a cargo de organizar tan importante evento, y un duro golpe para Héctor Chumpitaz, quien nunca olvidará este incidente en la que, por injusta circunstancia, su lealtad a un gran amigo fue ignorada.

Dicho esto, lo ocurrido en el velorio de Hugo Sotil debe servir como reflexión para que, en futuras situaciones, se priorice el respeto, la memoria y la camaradería sobre cualquier protocolo, por muy riguroso que sea. El fútbol es un deporte de sentimientos y valores, y no puede permitirse que el olvido o la indiferencia sobrepasen el espíritu de solidaridad que debe reinar entre sus figuras más importantes.


Más noticias