Por Renato Perez
La selección peruana de fútbol ha experimentado una caída abrupta en su rendimiento desde la partida de Ricardo Gareca. Los resultados obtenidos bajo la dirección técnica de Juan Reynoso y, posteriormente, de Jorge Fossati, han generado un profundo malestar entre los aficionados y una creciente preocupación por el futuro del fútbol peruano. Sin embargo, es importante analizar a fondo las causas de esta crisis y comprender que el problema va más allá de los últimos dos entrenadores.
La era de Ricardo Gareca representó un punto de inflexión en la historia de la selección peruana. El entrenador argentino logró conformar un equipo competitivo, capaz de clasificarse a un Mundial después de muchos años de ausencia. La clasificación a Rusia 2018 generó una euforia sin precedentes en el país y elevó las expectativas de los aficionados.
Sin embargo, la salida de Gareca, tras no llegar a un acuerdo con la Federación Peruana de Fútbol (FPF), marcó el inicio de una nueva etapa, caracterizada por la inestabilidad y la falta de resultados.
La decisión de la FPF de no renovar el contrato de Gareca fue motivada por la búsqueda de un nuevo proyecto deportivo y la necesidad de reducir costos. Sin embargo, esta decisión resultó ser un error estratégico, ya que el reemplazante del argentino no logró replicar los éxitos de su antecesor.
La FPF se equivocó al subestimar la importancia de la continuidad en el proceso de formación de un equipo. Gareca había logrado construir un grupo sólido y unido, con un estilo de juego definido. Cambiar de entrenador significó romper con ese proyecto y comenzar de cero.
Tanto Juan Reynoso como Jorge Fossati tuvieron la difícil tarea de suceder a Ricardo Gareca. Ambos entrenadores intentaron imprimir su propio estilo de juego, pero no lograron los resultados esperados.
Reynoso, a pesar de su conocimiento del fútbol peruano, no pudo encontrar la fórmula para que la selección volviera a ser competitiva. Fossati, por su parte, tampoco logró levantar el ánimo del equipo y los resultados fueron cada vez más negativos.
Si bien los entrenadores han tenido su cuota de responsabilidad en la crisis de la selección peruana, es importante señalar que los problemas van más allá de la dirección técnica. El fútbol peruano adolece de una serie de problemas estructurales que dificultan su desarrollo:
La caída de la selección peruana es un problema complejo que no tiene una solución fácil. La salida de Ricardo Gareca fue un punto de inflexión, pero los problemas del fútbol peruano son mucho más profundos.
Para salir de esta crisis, es necesario abordar los problemas estructurales del fútbol peruano y construir un proyecto deportivo a largo plazo. Se requiere una mayor inversión en las divisiones inferiores, una mayor profesionalización de los clubes y una planificación estratégica por parte de la Federación Peruana de Fútbol.
Además, es fundamental encontrar un entrenador que sea capaz de transmitir su idea de juego a los jugadores y de generar un ambiente de trabajo positivo. La recuperación de la selección peruana será un proceso largo y difícil, pero es fundamental para el futuro del fútbol peruano.
30/12/2024
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