Por Renato Perez
El año 2024 fue un año de transición y desafíos para la selección peruana. Con la llegada de Jorge Fossati a la dirección técnica, se esperaba un cambio de rumbo en el equipo, pero los resultados no acompañaron las expectativas. Sin embargo, en medio de un panorama adverso, algunos jugadores lograron destacar y demostrar su calidad. Entre ellos, Pedro Gallese, Miguel Araujo y Oliver Sonne sobresalieron como los únicos faros en una noche oscura.
El guardameta peruano una vez más demostró por qué es considerado uno de los mejores de su posición en Sudamérica. Su seguridad bajo los tres palos fue fundamental para mantener a Perú con vida en varios encuentros. Gallese exhibió reflejos felinos, atajadas espectaculares y una gran capacidad de liderazgo. Su experiencia y madurez fueron claves para transmitir confianza a sus compañeros de equipo en momentos difíciles.
El defensor central peruano se consolidó como uno de los pilares de la selección. Su solidez defensiva, su buen juego aéreo y su capacidad para iniciar jugadas desde atrás fueron fundamentales para el equipo. Araujo demostró ser un líder en la zaga y su rendimiento fue destacado tanto a nivel nacional como internacional.
El volante danés-peruano fue una de las gratas sorpresas de la era Fossati. Sonne demostró una gran capacidad para desbordar por la banda derecha, su precisión en los centros y su visión de juego fueron fundamentales para generar peligro en el área rival. A pesar de su juventud, Sonne mostró una madurez sorprendente y se ganó un lugar en el once titular.
Varios factores pueden explicar por qué solo estos tres jugadores lograron destacar en un equipo que, en general, no mostró un buen nivel de juego:
A pesar de las dificultades, la selección peruana tiene un futuro prometedor. La presencia de jugadores como Gallese, Araujo y Sonne es una garantía de que el equipo tiene una base sólida sobre la cual construir. Sin embargo, es necesario realizar un análisis profundo de lo sucedido en el año 2024 para identificar los errores y corregirlos.
La Federación Peruana de Fútbol deberá trabajar en la búsqueda de un nuevo entrenador que pueda implementar un proyecto deportivo a largo plazo y que permita desarrollar a los jóvenes talentos. Además, es fundamental fortalecer las divisiones menores para garantizar el suministro constante de jugadores de calidad.
El año 2024 fue un año de aprendizaje para la selección peruana. A pesar de los resultados adversos, algunos jugadores lograron destacar y demostrar su calidad. Gallese, Araujo y Sonne fueron los únicos faros en una noche oscura y su rendimiento fue fundamental para mantener viva la esperanza de los hinchas.
El futuro de la selección peruana es incierto, pero existe un gran potencial para mejorar. Con un trabajo serio y comprometido, la selección peruana podrá volver a los primeros planos del fútbol sudamericano.
09/01/2025
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