Por Renato Perez
La inminente eliminación de la Selección Peruana en las eliminatorias rumbo al Mundial de 2026 es un duro golpe para el fútbol nacional. La ilusión de ver a la Blanquirroja en la máxima cita del fútbol mundial se desvanece, al menos por ahora. Sin embargo, es momento de levantar la cabeza y mirar hacia el futuro. El fútbol es un deporte cíclico y, si bien el presente es adverso, el futuro puede ser prometedor. Perú debe enfocarse en el Mundial 2030.
El proceso clasificatorio para el Mundial de 2026 ha dejado en evidencia las limitaciones de la Selección Peruana. La falta de regularidad en los resultados, el envejecimiento de algunos jugadores clave y la dificultad para encontrar un equipo base han sido factores determinantes en esta eliminación.
Es importante reconocer que este ciclo ha tenido sus momentos de gloria, como la clasificación al Mundial de Rusia 2018 y la emocionante definición de la repesca ante Australia. Sin embargo, también ha dejado lecciones valiosas que deben ser analizadas a fondo para evitar repetir los mismos errores en el futuro.
Con la clasificación al Mundial de 2026 prácticamente descartada, es hora de comenzar a pensar en el próximo objetivo: el Mundial de 2030. Este nuevo ciclo representa una oportunidad para renovar la Selección Peruana, incorporar jóvenes talentos y construir un equipo más competitivo.
Renovación: El 2030 permitirá contar con una generación de jugadores más jóvenes y con mayor proyección a futuro.
Planificación a largo plazo: Un proyecto deportivo sólido requiere de tiempo y planificación. Enfocarse en el 2030 permitirá establecer objetivos a largo plazo y trabajar de manera sistemática.
Motivación: A pesar de la eliminación, la ilusión de jugar un Mundial siempre estará presente. El 2030 puede ser un nuevo motivo de unión y motivación para los jugadores, cuerpo técnico y afición.
Experiencia: La experiencia adquirida en este proceso clasificatorio servirá como aprendizaje para afrontar los nuevos desafíos.
El camino hacia el Mundial de 2030 no será fácil. Perú deberá enfrentar varios desafíos:
Fortalecer las divisiones menores: La base de cualquier selección nacional son las divisiones menores. Es necesario invertir en la formación de jóvenes talentos y garantizar un desarrollo integral de los futbolistas.
Estabilidad institucional: La Federación Peruana de Fútbol debe trabajar en la profesionalización de sus estructuras y garantizar una gestión transparente y eficiente.
Un proyecto deportivo a largo plazo: Es necesario definir un proyecto deportivo claro y ambicioso, con objetivos a corto, mediano y largo plazo.
Un entrenador con experiencia: La elección del entrenador será fundamental. Se necesita un técnico con experiencia, capacidad de liderazgo y conocimiento del fútbol peruano.
La eliminación de la Selección Peruana es un duro golpe, pero no debe ser el fin del mundo. El fútbol es un deporte de ciclos y siempre hay nuevas oportunidades. El 2030 representa un nuevo comienzo para la Bicolor. Es momento de levantar la cabeza, trabajar en equipo y construir un proyecto deportivo sólido que nos permita volver a soñar con un Mundial.
La afición peruana es una de las más apasionadas del mundo y siempre estará apoyando a su selección. Es hora de unir fuerzas y trabajar juntos para lograr el objetivo común: clasificar al Mundial de 2030.
11/01/2025
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