Ni Maradona, el Ferrari amarillo de Hugo Sotil que le trajo problemas

Hugo Sotil, una de las máximas leyendas del fútbol peruano, dejó un legado imborrable no solo por su talento en el campo, especialmente durante su etapa en el FC Barcelona, sino también por las innumerables anécdotas que marcaron su vida. En una entrevista para ‘La Fe de Cuto’ hace algunos años, Sotil compartió una historia particularmente llamativa: la de su famoso Ferrari amarillo, un símbolo de su exitoso paso por España.

Un Ferrari para Estar a la Altura: Un Error Costoso

En la cúspide de su carrera, Sotil sintió la necesidad de adquirir un automóvil que estuviera a la altura de sus compañeros de equipo en el Barcelona. Con la determinación de igualar el estatus de sus colegas, el popular ‘Cholo’ decidió comprar un Ferrari modelo 365 GTS, un vehículo de un llamativo color amarillo del que existían pocos ejemplares en el mundo.

Sin embargo, la alegría inicial de poseer un auto de lujo se transformó en arrepentimiento cuando Sotil descubrió que sus compañeros no habían pagado por los vehículos que conducían. “Todos tenían Maserati, yo tenía un Fiat chiquito jajaja. Así que dije, ‘no cholito, tienes que comprar un carrito’ y lo peor de todo, ellos no pagaban, no era su carro, a ellos se los daban para que lo usaran, yo no sabía eso, yo me lo compré después me arrepentí, dije ‘para qué he pagado’”, confesó Sotil, revelando la existencia del sistema de ‘canje’ que beneficiaba a sus compañeros.

Confusión en la Discoteca: Un Problema con el Entrenador

Más allá del lujo y la distinción que representaba conducir un Ferrari en una ciudad cosmopolita como Barcelona, el automóvil también le trajo algunos inconvenientes a Sotil, especialmente con su entrenador. Una divertida anécdota relata cómo una confusión relacionada con su Ferrari amarillo le causó problemas con el cuerpo técnico.

“Había un señor que tenía mucho dinero, se compró un Ferrari color amarillo, igualito al mío, y él sabía a qué discoteca iba yo, yo encaletaba mi carro, y él se compra del mismo color y lo pone en la puerta, el que pagaba pato era yo. A los días me llama el míster, me había echado la culpa que yo paraba en la discoteca todos los días”, contó el ‘Cholo’. La situación llegó a tal punto que Sotil tuvo que demostrar su inocencia: “Un día fui sin carro, le tomé foto a la placa y llevo las dos fotos, la mía y la del otro. Se fue a averiguar y me pidió disculpas”.

Un Ferrari que Abrió Puertas: Encuentros con Estrellas

A pesar de los inconvenientes, Sotil nunca se arrepintió de su inversión en el Ferrari amarillo. Como él mismo lo expresó en una entrevista al Diario El País, el auto le permitió conocer a figuras destacadas del mundo del espectáculo como Julio Iglesias y Camilo Sesto.

Sotil recordaba sus salidas a la discoteca, siempre con precaución para no infringir las reglas del equipo. “Yo iba pero me encaletaba, solo los domingos, el míster me daba permiso los domingos, ya el día lunes iba al examen médico y ya la empalmaba ya en mi casa, porque a mí me controlaban el peso, tenía que pesar 70 kilos, el martes ya te estaban pesando, si el jueves a la hora del partido de práctica no estabas en ese peso no entrabas en lista, así seas titular, así que el jueves ya estaba en 70. Comía pura carnecita, pero el lunes me comía mis frejoles”, relató.

Además, compartió detalles de sus encuentros con celebridades: “Yo tomaba champagne, cuando iba a esa discoteca, ese pata me mandaba champagne, yo nunca lo conocí, nunca se dejó ver, pero creo que era el mismo dueño. Ahí escuché a la gran cantante Olga Guillot. Yo he tenido la suerte de conocer a Camilo, a Julio Iglesias. Un día fuimos a jugar a Cali y él cantaba con Mercedes Sosa y Julio me dice ‘cholo, tus cachas están ricas’, me sorprendió, le dije, ‘no sigas jajajaja’”.

El Misterio del Paradero del Ferrari: Un Legado que Perdura

Se han tejido diversas historias sobre el destino del Ferrari amarillo de Hugo Sotil. Algunos afirman que lo vendió para regresar a Perú, mientras que otros creen que aún lo conserva guardado en su cochera. Lo cierto es que Sotil no pudo traer el vehículo al Perú debido a problemas con los impuestos de importación.

Más allá del misterio que rodea el paradero del Ferrari, lo que realmente perdura es la imagen de un peruano exitoso, recorriendo las calles de Barcelona en uno de los autos más lujosos de su época. La anécdota del Ferrari amarillo se suma a las muchas historias que conforman el rico legado de Hugo Sotil, una leyenda del fútbol peruano que conquistó Europa y dejó una huella imborrable.